La semana pasada se produjo en el barrio Jardim São Guilherme del municipio paulista de Sorocaba un hecho criminal de inusitada violencia, incluso para los estándares de Brasil, que se afianza como uno de los países con más homicidios de la región. Cuando un trío de delincuentes intentó asaltar una tienda de ropa, el dueño respondió disparando y matando a los tres, tras un tiroteo que también podría haber acabado con su vida. Ahora se conoció el video del sangriento incidente.
Era miércoles antes del mediodía cuando los ladrones ingresaron al establecimiento, haciéndose pasar por clientes. Según la policía, estuvieron varios minutos allí sin hacer nada extraño. Uno de ellos estuvo incluso conversando con el propietario, que estaba del otro lado del mostrador. Sin embargo, de un momento a otro, el que hablaba sacó un arma y amenazó a su interlocutor.
Con una notable temeridad, el comerciante empezó a acercarse al delincuente, que caminaba hacia atrás, sorprendido por la reacción del asaltado. Aprovechando el desconcierto y las dudas del intruso, sacó una pistola y le disparó. Hubo un breve intercambio, porque el otro también gatilló su arma, pero con mala puntería: las balas pasaron por el costado del dueño e hicieron estallar el cristal que cubría un estante.
El comerciante, en cambio, alcanzó a los tres criminales con su pistola. A uno de ellos lo pateó luego de que cayera rendido al suelo y la Policía investiga si además volvió a dispararle para rematarlo. Luego le sacó el arma y se fue del local antes de que llegaran los uniformados.
“Dos murieron dentro de la tienda y uno logró arrastrarse unos metros fuera, pero a pesar de los esfuerzos del SAMU (Servicio de Atención Médica de Urgencia), también murió”, contó al portal G1 Acácio Leite, el agente responsable de la investigación.
Las autoridades identificaron el jueves de la semana pasada a dos de los tres hombres asesinados. Uno de ellos, que aparentemente era el líder de la banda, tenía 32 años y una larga lista de antecedentes criminales. El otro tenía 20 años y carecía de prontuario.
El propietario de la tienda permaneció algunos días prófugo.
