No hay evidencia de que el dióxido de cloro cure el COVID-19 pero el parlamento boliviano aprobó su uso

El Parlamento boliviano sancionó una ley que autoriza la elaboración, la comercialización, el suministro y el uso del dióxido de cloro como solución contra la COVID-19, que ocasiona el coronavirus SARS-CoV-2.

La decisión legislativa se tomó a pesar de que el compuesto químico no solamente no cura esta enfermedad respiratoria, convertida en pandemia, sino que su consumo es riesgoso para la salud, como advierte la propia cartera de salud de ese país.

Aunque las 2 cámaras de la Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP), el Parlamento boliviano, aprobaron y, por ende, sancionaron una ley que autoriza la elaboración, la comercialización, el suministro y el uso del dióxido de cloro como remedio contra la COVID-19, la norma no está en vigencia porque el Poder Ejecutivo, que encabeza la presidenta Jeanine Áñez Chávez, decidió postergar la decisión de promulgarla o vetarla.

En el gabinete de Áñez entienden que “no existen ni exámenes ni una certificación científica para la aplicación de este tratamiento y que el Gobierno, por responsabilidad, no puede promulgar esta ley, por lo que pidió al TCP que haga prevalecer la supremacía constitucional”, según palabras del viceministro de Coordinación y Gestión Gubernamental, Israel Alanoca.

La Asamblea Legislativa de Bolivia tiene mayoría del Movimiento Al Socialismo (MAS), del destituido presidente Evo Morales, que mantiene un enfrentamiento con el gobierno interino de Áñez, quien a su vez se ha negado a promulgar varias leyes, como la del dióxido de cloro.

El senador Milton Barónes, uno de los impulsores de la ley e integrante del MAS, defendió la ley. “[El uso de este compuesto] está sujeto a la decisión del ciudadano o ciudadana que quiera acudir a esa alternativa. No es obligatorio”, señaló.

Aunque aún no esté autorizado, ¿se vende dióxido de cloro en Bolivia, como remedio contra la COVID-19?

Según medios bolivianos, a pesar de que el Ministerio de Salud de ese país sostuvo que “no hay una base científica que avale el uso del dióxido de cloro como remedio contra la COVID19” y que “por lo tanto, ese producto no cuenta con la autorización sanitaria para su comercialización”, el compuesto se ha vendido libremente en este país, con una masiva demanda y, a finales del mes pasado, inclusive fue repartido de manera gratuita por una iglesia evangélica.

El presidente del Colegio Médico de Bolivia, Cleto Cáceres, también se pronunció en contra de su uso.