La Quiaca: un barrio aislado tras una fiesta clandestina

En la ciudad fronteriza hay al menos 15 casos sospechosos de coronavirus y un barrio entero encapsulado luego de una fiesta clandestina donde estuvo una persona infectada.

Hace poco más de una semana hubo una fiesta en La Quiaca. Clandestina, claro, porque tales reuniones están prohibidas para evitar la dispersión de contagios de coronavirus. Un día después de esa reunión una persona llegó al hospital Jorge Uro con síntomas de covid-19 y, finalmente, dio positivo por la enfermedad. No dijo nada de aquella fiesta y, siete días después, sus familiares y algunos amigos también cayeron al centro sanitario con cuadros clínicos. Hoy, cuenta el intendente del lugar, Blas Gallardo, hay un barrio asilado por esos contagios y otros posibles casos.

Gallardo relata que en La Quiaca venían duplicando casos cada siete días, algo «muy bueno para nosotros porque aplanamos la curva de casos positivos. Y a partir de esta fiesta clandestina tenemos 15 casos sospechosos en evaluación y estamos considerando tener más», indica.

Según relata el intendente, la fiesta comenzó con las celebraciones a la Pachamama y siguió con un cumpleaños. El primer caso positivo fue al hospital con síntomas el lunes posterior a la fiesta. «Cuando se determina que es positivo y empezamos a armar el árbol de contactos, no informa que había estado en la fiesta. Este lunes, después de que pasaron siete días, empiezan a caer los primos, los familiares, algunos amigos con manifestaciones clínicas. Hemos perdido una semana en la cual podríamos haber aislado a muchas personas», señala Gallardo y agrega que, en este marco, desde el Municipio han decidido encapsular a todo el barrio donde fue la fiesta a partir de este miércoles, con medidas mucho más estrictas «para determinar el árbol de contagios».

Además, concluye, ya está anoticiado el Poder Judicial que podrá disponer sanciones contra los responsables.