Argentina, cerca de volver a niveles del PBI de 14 años atrás

Para tomar una dimensión del daño económico que nos podría esperar en 2020, vale la pena recordar que una caída en el nivel de actividad del 15%, implicaría volver a los niveles de PBI que teníamos en el 2006; es decir, ¡un retroceso de 14 años!

Por Iván Cachanosky – El último dato del EMAE dado a conocer este lunes por el INDEC correspondiente al nivel de actividad de abril muestra la gravedad de la situación económica en Argentina. Lamentablemente, según las últimas proyecciones del FMI, Argentina se ubicará entre los 10 países con mayores caídas en el nivel de actividad para el 2020.

Para peor, la recuperación del 2021 sería muy tímida. De esta manera, la ya delicada situación económica de Argentina previo a la pandemia, se encuentra cada vez más comprometida. Eventualmente cierta recuperación habrá cuando Argentina vuelva a la normalidad, pero lejos estará de alcanzar los niveles previos a la llegada del Covid-19 y más aún, retornar a esos niveles probablemente lleve mucho tiempo.

A este ritmo, lo más probable es que el nivel de actividad se contraiga un 12% interanual en el 2020. No obstante, esto dependerá de cuánto se alargue la cuarentena y no se puede descartar una caída aún mayor. Para tomar una dimensión del daño económico que nos espera, vale la pena recordar que una caída en el nivel de actividad del 15%, implicaría volver a los niveles de PBI que teníamos en el 2006; es decir, ¡un retroceso de 14 años!

La situación se vuelve aún más preocupante al tener en cuenta la evolución de los últimos años. Desde el 2008 a la fecha, Argentina atravesó cinco recesiones. Además, a partir del 2011, el nivel de actividad ha permanecido con una tendencia estancada, donde el ciclo económico había quedado presa de los ciclos políticos, creciendo en los años impares (los de elecciones) y cayendo en los años pares (sin elecciones).

El problema es que a Argentina cada vez le cuesta más recuperarse de una recesión. De las últimas cinco las primeras dos fueron en forma de “V” (2008-09 y 2011-11), las siguientes dos fueron en forma de “U” (2013-15 y 2016-17). En cuánto a la última, previo a la llegada del Coronavirus, era en forma de “L” (2018-19); es decir una caída sin recuperación. Con el último dato de abril, se comienza a observar la fuerte caída en el nivel de actividad luego de la “L”.

Desde luego, la profundidad de la caída dependerá de cuánto más se extienda la cuarentena en el AMBA. Por su parte, el presidente Alberto Fernández, continúa firme en su postura de que, pasada la pandemia, la economía volverá a su máxima capacidad. Lo cierto es que es más bien una expresión de deseo que una realidad.

Recordemos que en el mes de abril hubo una caída de 12.619 en la cantidad de empleadores, lo que afectó alrededor de 92.00 empleados. Aún no se dieron a conocer los datos de mayo, que seguramente muestre datos preocupantes de igual magnitud. De esta manera, en lo que va del año (enero-abril), la caída en la cantidad de empleadores se disparó en el 2020 en comparación con los últimos años desde que Argentina se encuentra estancada. Así, en los primeros cuatro meses del año hay 17.798 empleadores menos dónde el 71% (12.619) ocurrieron en el cuarto mes del año. Esto implica que se destruye capacidad potencial de producción y que cuando el país vuelva a la normalidad, tendrá una menor capacidad de producción.

Con este nivel de destrucción de empresas y de puestos de trabajo, es prácticamente imposible que Argentina retorne a los niveles pre-pandemia. Más aun, recordemos que antes del Coronavirus, Argentina se encontraba estancada desde el 2011 sin poder vislumbrar una tendencia de crecimiento. Eventualmente algún rebote (tímido) habrá en el 2021, pero no alcanzará para volver a los niveles de actividad pre-pandemia. Lo más probable es que, el estancamiento observado entre el 2011-2019 se traslade unos escalones más abajo, lo que significa un mayor grado de pobreza estructural.

El presidente Alberto Fernández debe entender que el 2020 no es 2003. No están dadas las condiciones para que la economía crezca como en aquel entonces. Hoy, la única opción que tiene Argentina para dejar atrás la decadencia, son las reformas estructurales.