Salta se ubica entre las economías provinciales que mejor reaccionaron a la flexibilización de la cuarentena

La consultora Analytica evaluó las “respuestas” locales a la reapertura gradual de actividades y la “potencia fiscal” de las provincias para sostener la ayuda en una recuperación que será lenta.

La Pampa, Salta y Tierra del Fuego son las provincias que mostraron una mejor respuesta a la etapa de flexibilización y “reapertura progresiva”(la denominada “Fase 4”) de la cuarentena, iniciada hace una semana en todo el país, con excepción la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y municipios del Conurbano Bonaerense (que se mantienen en la “Fase 3”, de “segmentación geográfica”). En tanto, Misiones, Formosa y Río Negro aparecen como los distritos donde la reacción a la nueva etapa fue más pobre, precisa un informe de la consultora Analytica, de los economistas Ricardo Delgado y Rodrigo Álvarez.

El estudio abarca el período del 24 de abril al 24 de mayo, por lo que capta solo el inicio de la nueva etapa, y llega a estas conclusiones a partir del llamado “Índice de Respuesta Local” (IRL) que evalúa las medidas de asistencia dadas por cada provincia a MiPymes (Micro y Pequeñas y Medianas Empresas), a través de rebajas, diferimientos impositivos o líneas de crédito; a las Familias a través de ayudas directas como asignaciones, entrega de comida o prohibiciones de cortes de servicios públicos, y a los Municipios, fundamentalmente a través de apoyo fiscal.

Sector por sector

La consultora ya había evaluado esas medidas y ahora estimó su impacto en las actividades habilitadas en los diferentes distritos, ponderándolas por el impacto en el Producto Bruto Geográfico (PBG, suerte de PBI local) e indicadores de movilidad y consumo.

En algunas provincias la liberalización de sectores no se vio aún reflejada en niveles de actividad. Las razones, dice Analytica, pueden ser problemas de coordinación logística vinculados al transporte público, o caídas significativas de la demanda que no permiten cubrir los costos, lo que haría necesaria “nuevas y más focalizadas políticas de asistencia estatal”, pues -advierte- “prolongar esas situaciones puede derivar en la destrucción de capital físico y humano y amplificar las consecuencias de la crisis por largo tiempo”.

La advertencia apunta a aquellos distritos en las que el “Índice de Respuesta Local” está por debajo del promedio nacional: además de Misiones, Formosa y Río Negro, allí figuran Chubut, Córdoba, Mendoza, Corrientes y Neuquén, entre otras. Entre las provincias de “mejor respuesta», a La Pampa, Salta y Tierra del Fuego le siguen La Rioja, Santa Cruz, Santa Fe y Jujuy (Gráfico).

Según el informe, en el balance, la respuesta provincial es “razonablemente positiva” pero necesita mejorar, «teniendo en cuenta que la recuperación post-pandemia será lenta”. Allí se plantea el desafío de «vitalizar la demanda en un contexto donde la recaudación provincial no se recuperará al ritmo necesario. El pago del medio aguinaldo en poco más de un mes será la primera gran limitación que las provincias deberán enfrentar”.

Cuestión de aguante

Esa advertencia alude a una variable que Analytica añadió a su análisis, el “Índice de Potencia Fiscal” (IPF), que evalúa el resto de cada provincia para “aguantar” en el tiempo las medidas de ayuda. El IPF estima la disponibilidad de fondos de cada distrito tras el pago de los salarios públicos. En el Gráfico de abajo, ese índice se mide en números y se manifiesta en colores: el verde señala buena “potencia» fiscal, el rojo, debilidad. A más intenso el color, mayor la fortaleza o la debilidad.

De allí resulta, por ejemplo, que La Pampa, de buen “Indice de Respuesta Local” a la flexibilización también tiene “Potencia Fiscal” para apoyar la eventual recuperación del sector privado, pero esa posibilidad es bastante más reducida en el caso de Tierra del Fuego y casi inexistente en Salta.

Si se consideran tanto la “respuesta local” como la “potencia fiscal”, el caso más grave es el de Chubut, que curiosamente fue una de las provincias argentinas menos afectadas por el coronavirus pero tenía “comorbilidades” fiscales previas, a las que se sumaron la crisis de los sectores petrolero y pesquero.

“La escasez de recursos impone la necesidad de más sintonía fina y una implementación rápida y eficaz. A diferencia de otras crisis, el margen de error es menor porque la ecuación costo-beneficio económico incorpora el riesgo sanitario como principal condicionante”, concluye Analytica, pues quedó atrás la etapa “homogénea” de medidas anticrisis y se ingresó en un escenario «mucho más heterogéneo entre distritos, que también se reproduce al interior de las economías locales.”