Ángel de Brito reveló cuánto dinero se llevaron las figuras que promocionaron el producto de belleza.
La empresa internacional de venta directa de cosméticos, Nuskin, quedó envuelta en una polémica luego de que en las redes sociales, donde sus productos son promocionados por muchas famosas, los usuarios comenzaron a alertar que se trataría de una nueva «estafa piramidal”.
El producto estrella de la marca LumiSpa, que cuesta alrededor de 20 mil pesos, fue el que disparó el alerta sobre esta compañía cuya misión parece no estar centrada en vender productos de belleza sino, según lo comunican ellos mismos en su página web, “ser una fuerza del bien alrededor del mundo al fortalecer a las personas para mejorar sus vidas con oportunidades de negocio gratificantes”.
Y Ángel de Brito, al responder las inquietudes de sus seguidores en Instagram, un usuario quiso saber más sobre este tema: “¿Ganaron mucha plata las famosas con la maquinita?”, fue la consulta. A lo que el periodista contestó: “Entre 200 y 300 lucas por mes. Algunas, nada”.
Para Joaquín Blanco, integrante de la Legislatura santafesina e impulsor de la ley aprobada en noviembre pasado para regular la venta directa en la provincia, la primera en el país, “lo de Nuskin amerita una investigación en el marco de la ley de defensa de la competencia”.
Algunas famosas involucradas fueron Cinthia Fernández, Malena Narvay, Yanina Latorre, Zaira Nara, María Fernanda Callejón y Rocío Guirao Díaz, entre otras.
Silvina Luna y la
máquina facial
Silvina Luna dejó de hacer publicidad de la máquina facial, cuya empresa está acusada de publicidad engañosa y practicar una estafa piramidal.
Según contó en Podemos Hablar, la decisión tuvo que ver con el miedo a ser víctima nuevamente de un producto insalubre, como le ocurrió con Aníbal Lotocki, y la empresa no tomó del todo bien esta actitud.
“Yo solo usé la maquinita que te limpia, la exfoliante. La verdad es que la uso y por eso la promocioné. Nunca tuve gente ni equipo a cargo. Pero con mi experiencia, con lo que me pasó, cuando empecé a escuchar tantas voces me recordó esa situación. Entonces, decidí bajarme. Pero lo gracioso es que me pidieron que devuelva la maquinita. ¡Ahora la tengo que devolver!”, contó.