Salvador Ragusa le rindió un homenaje al Trinche Carlovich

Tomás Felipe Carlovich, la leyenda de Central Córdoba, murió a los 74 años y el actual técnico de Zapla lo recordó.

El viernes pasado el fútbol argentino se vistió de luto al tener que despedir a Tomás Carlovich, el mítico jugador que no llegó a conocer las luces del éxito por su poca contracción a los entrenamientos y a la disciplina necesaria para un jugador de alto rendimiento, pero que por su talento logró la admiración de leyendas del deporte como Diego Maradona y César Luis Menotti.

El DT de Zapla, rosarino de ley vivió de cerca junto al Trinche, compartió como jugador y también lo dirigió, por eso Ragusa no dudo al brindarse para recordarlo. “Lo que se dice de él en el documental Informe Robinson es 70 % mentira”, sentenció el DT.

“El Trinche jamás tomó” “¿Sabe cuál era el problema del Trinche? Que él no se quería ir de Central Córdoba, lo vinieron a buscar del Cosmos, recomendado por Menotti, ofreciéndole fortuna y dijo que no” aseguró. Luego señaló, “Hay que conocer bien la historia del Trinche para hablar de él”. Además, Ragusa, contó “El Trinche fue el autor del caño doble, algo nunca visto y que luego me costó volver a ver en un campo de juego, era un diferente nacido en otra época”. “Cuando me entere no lo podía creer, encima por robarle su bicicleta, un ataque cobarde por eso espero que se haga justicia”, señaló Ragusa.

Asimismo, el entrenador destacó “Cada vez que venía a Rosario siempre nos veíamos en el club, compartimos muchas cosas y estoy seguro que se lo va extrañar en cada rincón de Central Córdoba”. Sobre la despedida que tuvo en la cancha del Charrúa, manifestó “Sabemos que no puede haber reuniones, pero cuando el amor es más fuerte, ningún virus puede”.

Tomás Felipe Carlovich fue un genio del que todos hablan pero al que muy pocos vieron, por eso Ragusa se considera un privilegiado. “Fue maravilloso, una elegancia y la verdad que me consideró un afortunado por haberlo disfrutado de su fútbol”. Su estampa trascendió fronteras y se transformó en una suerte de ídolo de muchas personas que jamás lo observaron jugar al fútbol. No hay videos, no hay registros. Sólo el relato de quienes sí compartieron una cancha, y de esos pocos que lo admiraron desde la tribuna.