Dos décadas atrás, Andrés Romano y todo Gimnasia de Jujuy vivían un momento inolvidable, del otro lado Carlos Bianchi sufría su primera derrota como local dirigiendo a Boca: 0-1. Esa caída le puso punto final a una serie de 24 encuentros sin perder en la “Bombonera” y al “Lobo” en un festejo que hoy 20 años después se sigue disfrutando como aquel 22 de abril del 2000.
El “Lobo” llegaba a la Bombonera tras caer ante River por 2 a 0, también de visitante, por eso los simpatizantes de Boca recibieron al equipo de Palito Sosa con un cántico particular “Ahí están, ahí están, los que con River fueron todos para atrás». Así fue la bienvenida a los jugadores de Gimnasia que salieron asomaron por el túnel. Lo que ninguno de los que estaba en las tribunas se imaginó es que esos futbolistas darían un batacazo en La Boca aquel 22 de abril del 2000, por la fecha 9 del Torneo Clausura.
Ya en el vestuario y ante un marco imponente, los jugadores del “Lobo”, heridos en lo más profundo del honor y el corazón, reaccionaron futbolísticamente y no sólo les impidieron a los “Xeneizes” llegar a la punta del Clausura, sino que además le propinaron un chachetazo que no olvidarán fácilmente. El impacto del gol de Andrés Romano para el 1 a 0 dejó al estadio en silencio. Como si estuviese vacío. Sin reacción.
El delantero de Aguaray le ganó la posición a Samuel, eludió a Bermúdez y sacó el disparo que nada pudo hacer Oscar Córdoba para evitar la fiesta jujeña. Dicen aquellos que estuvieron presente aquel día que Samuel no tuvo consuelo y se le escapó más de una lágrima hasta que terminó el partido.
Para un Gimnasia que defendió los últimos minutos ese enorme triunfo, hubo dos actores secundarios que terminaron con aplausos, Hernán Castellano y Pedro Aguírrez. El arquero le sacó dos tiros a Marchant con destino de gol y el defensor controló todos los centros que vinieron desde los costados. El golpe fue uno, pero certero, ya que el 2 del mes próximo Boca iba a cumplir dos años sin derrotas en la Bombonera, pero la estantería se vino abajo antes de lo pensado. El “Lobo” rugió fuerte en La Boca y la derrota lo dejó a tres puntos de River Plate, que luego terminaría siendo el campeón del Torneo Clausura.
Por supuesto, los jugadores de Gimnasia, Alejandro González, Hernán Castellanos, el fallecido Gusa Moreyras, Pedro Aguirrez, Marcelo Herrera, Mario Humberto Lobo, el Chileno Cartez, Daniel Juárez, Fernando Casartelli, Norberto Testa, entre otros-en plena lucha por no irse al descenso- festejaron emocionados en la cancha. Gritos, gritos y felicidad es lo que se evidenciaba de un grupo de muchachos que marcarían un día importante para el club “Albiceleste”. Ese equipo era dirigido por Raúl “Palito” Sosa, atajaba Hernán Castellano y tenía a Luis Lobo como futbolista más emblemático. Y mientras ellos se abrazaban en el medio de la Bombonera, se vivió otra situación muy particular: Walter Samuel se iba llorando al vestuario por haber perdido la pelota en el inicio de la jugada del gol y el gran entrenador Carlos Bianchi cruzaba insultos con un plateísta que había estado recriminando al defensor por su error que costó el final de un largo invicto como local.