El gobierno de Bolivia informó este jueves de tres nuevas muertes por coronavirus, entre ellas la de una beba de cinco meses que estaba internada en terapia intensiva hace días, lo que elevó el número total a 18 y los casos confirmados a 264.
Mientras el brote continúa en crecimiento, las autoridades de Santa Cruz comenzaron hoy el «encapsulamiento» de la ciudad de Montero, uno de los principales focos en ese departamento, que con una población de 100.000 habitantes ya registró una veintena de casos confirmados y la muerte de una mujer embarazada.
Sin embargo, la estricta medida no fue totalmente cumplida en el primer día.
«Es una vergüenza, empezando por los ciudadanos que piensan que esto es un carnaval», lamentó el ministro interino de Defensa, Luis Fernando López, que hizo un sobrevuelo en Montero para verificar el cumplimiento de las restricciones, según la agencia de noticias EFE.
Por seis días los pobladores de Montero tienen prohibido de salir de sus casas; sin embargo, López dijo que pudo ver mucha gente en las calles y los supermercados llenos, una escena que se repite en otras ciudades aún más grandes como Cochabamba y La Paz.
En medio de este contexto de poca acatamiento social, el ministro de Desarrollo Productivo y delegado presidencial en Santa Cruz, Wilfredo Rojo, advirtió que «las proyecciones matemáticas sobre los peores escenarios pronostican una de las peores situaciones de la pandemia en este continente».
Rojo manifestó que «cuantiosos ciudadanos no están cumpliendo las reglas» de restricción y advirtió de que de seguir la situación así, «la enfermedad se extenderá como una mancha de aceite».
