Concejal elabora y distribuye gratuitamente 4.500 panes

Ángel Relos comenzó este martes a repartir el alimento a 250 familias de escasos recursos.

A partir de ahora Ángel Eloy Relos Ramos será conocido como ‘El concejal panadero’, pero a eso a él no le interesa. Su objetivo en esta cuarentena para controlar el contagio del coronavirus es llegar a la mayor cantidad de familias de escasos recursos con 4.500 panes diarios que desde este martes empezó a distribuir en Potosí.

“Hay familias muy pobres en Potosí, por eso decidí comprar cinco quintales de harina, azúcar, contratar panaderos y un horno para hacer pan y repartirlo entre los más pobres”, sostiene Relos, de 31 años y que antes de ser concejal por Demócratas era transportista.

Ante la escasez de alimentos y las restricciones por la cuarentena que dictó el Gobierno para evitar la propagación del COVID-19, Relos determinó usar su salario como concejal para elaborar el principal producto de la canasta familiar. “Ayer (lunes) hicimos una prueba repartiendo los primeros panes, pero hoy (martes) entregamos 4.500 panes a 250 familias que viven en las zonas de Alto Potosí y San Marcos (quedan detrás del Cerro Rico de Potosí)”.

Relos lleva el pan en un jeep que tiene un pequeño remolque, y también usa una vagoneta para trasladar las 4.500 unidades. “Entregamos a cada familia 15 panes, pero si tienen más hijos les damos a 20 panes”, añade el concejal. Relos invierte cada día Bs 2.500 en la elaboración de los panes, una misión que durará durante toda la cuarentena.

La autoridad cuenta que mucha gente que vive en las zonas alejadas de la ciudad de Potosí es comerciante que vivía de la venta de cada día, y que por la restricción no puede salir a vender. “Ahora estamos gestionando la llegada de pollo y huevos a precios accesibles para ayudar a las familias humildes”.

Este miércoles Relos y su equipo, que toma todas las previsiones de seguridad sanitaria, entregará panes a 160 guardas de minas, que son las mujeres porteras que cuidan las bocaminas del mítico cerro. Allí esas mujeres viven con sus hijos, mientras cuidan que jukus o ladrones de minerales ingresen a las galerías