Coronavirus en Argentina: la trama detrás del bochorno por un micro con extranjeros en la General Paz

Seguramente este episodio quedará como uno de los más extraños, escandalosos y lamentables de la cuarentena anti coronavirus que vive nuestro país. Los protagonistas fueron 61 personas (3 peruanos, 2 bolivianos, 22 colombianos, 21 venezolanos, 12 argentinos -contando los 2 choferes- y hasta un brasileño) a los que la Policía de la Ciudad demoró, pasadas las dos de la tarde, sobre la avenida General Paz. Todos iban arriba de un micro que los estaba trasladando desde Jujuy a la Capital Federal.

Esa es la apretada síntesis para una cuestión muy compleja que salpica al gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, a uno de sus secretarios e incluso a un funcionario del Ministerio de Transporte de la Nación.

Semejante cóctel explosivo terminó en manos del juez federal Julio Ercolini y del fiscal Gerardo Pollicita, encargados del primer turno judicial de abril en Comodoro Py. A un promedio de 300 consultas por día, hasta el 7 de este mes ambos deberán llevar adelante los casos que violen el decreto que el presidente Alberto Fernández firmó el pasado 19 de marzo limitando al mínimo los movimientos.

En este contexto, un micro con más de medio centenar de extranjeros cubriendo 1.800 kilómetros en principio califica holgadamente como una violación a esa cuarentena. Una situación grave y más cuando una mujer de 38 años – integrante de ese pasaje- al momento del operativo tenía fiebre, por lo que fue trasladada al Hospital Pirovano.

Pero esta historia tiene varios capítulos y el primero de ellos ocurrió el miércoles 18 de marzo cuando comenzaron las limitaciones para circular por las rutas del país.

«En la Quiaca quedaron varados 17 ciudadanos venezolanos que tenían condición de refugiados y estaban bajo un dispositivo de la Comisión Para Refugiados y Migrantes -CAREF, nuestra organización- que trabaja en coordinación con ACNUR (Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados). Esos 17 eran familias que ya tenían destino en otros lugares de la Argentina pero no pudieron llegar hasta allí por las restricciones. Entonces se las alojó en el Hotel La Frontera. Allí cumplieron con el aislamiento de 14 días», contó a Clarín Gabriela Liguori, directora ejecutiva de CAREF.

La situación estaba controlada y también la de otro grupo numeroso y más heterogéneo de extranjeros que habían quedado en nuestro país al cerrarse las fronteras. «A ellos la Municipalidad los ubicó en el comedor Mickey», contó Liguori.

La trama se complicó el martes 31 a la noche cuando los refugiados venezolanos le dijeron a CAREF que les habían advertido que a la mañana siguiente mandarían un ómnibus a buscarlos. Para ir a dónde, de qué manera y en manos de quién, es algo que permaneció en el misterio y por eso CAREF el CELS y la ONG ANDHES (Abogados y Abogadas del Noreste Argentino en Derechos Humanos y Estudios Sociales) presentaron un habeas corpus, que fue rechazado.

El micro que les habían dicho a los venezolanos llegó el 1° de abril a las 9.30 de la mañana. Los subieron a todos, pasaron por el comedor Mickey, levantaron a los que estaban allí e hicieron una parada en San Salvador de Jujuy, donde recogieron a 44 personas más.

De allí partieron rumbo a la Capital Federal. ¿Imposible? ¿Ilegal? ¿Hay que quedarse en casa pero un micro con 62 personas cruzó el pais? La respuesta: sí. Y lo peor de todo es que parece que todo estaba autorizado pero nunca nadie le avisó a la Policía de la Ciudad.

En medio del escándalo y el estupor que sobrevino cuando el micro -lógicamente- fue parado en un retén en General Paz y Freire (Saavedra), comenzaron a llegar las informaciones y documentos que ahora Ercolini deberá analizar.

Por lo pronto, el juez dispuso que los pasajeros (menos la mujer con fiebre que fue hospitalizada) fueran alojados en hoteles para hacer la cuarentena. El Gobierno de la Ciudad se hizo cargo de la situación y logró repartirlas en tres lugares.

Pero la cosa está lejos de terminar acá. Y en juego hay por lo menos tres documentos.

El primero es un rudimentario papel fechado el 31 de marzo con el membrete de Gobierno de Jujuy y firmado por Pablo Palomares, secretario de Integración Regional y de Relaciones Internacionales de la Gobernación. Lleva el título en mayúsculas de «autorización» y en él se explica que en el micro van 62 pasajeros y que fue puesto por la provincia de Jujuy «con autorizaciones nacionales necesarias para circular». El papel funcionó como un salvoconducto gran parte del viaje, al menos hasta Mendoza, según se tiene registro.

El segundo documento es una solicitud del gobierno provincial al nacional para que permita el traslado de Jujuy a Capital aclarando que las personas serán repartidas en sus respectivas embajadas.

Finalmente el tercer documento, también fechado el 31 de marzo, aparece firmado digitalmente por Gabriel Raúl Bermúdez, subsecretario de Transporte Automotor de la Nación. Y en él se lee que «se autoriza, con carácter de excepción de la suspensión aludida, los siguientes traslados de pasajeros quienes cumplirán en sus domicilios el aislamiento social, preventivo y obligatorio dispuesto por el Decreto N° 297 de fecha 19 de marzo de 2020″.

Muchas cosas deberá analizar el juez Ercolini en las próximas horas para tratar de desenredar la cuestión. Papeles, declaraciones de testigos e incluso las declaraciones del gobernador Morales, que no se quedó callado.

«Nosotros no estamos echando gente por la borda en el marco de esta crisis, provenga de donde provenga. Todos los pasajeros de ese colectivo, el cien por ciento, hicieron cuarentena en La Quiaca, fueron alimentados y se les realizó el control sanitario en Jujuy», sostuvo.

Morales contraatacó en dirección a Sabina Frederic: «Horacio Rodríguez Larreta me ha dicho que la ministra de Seguridad ha dicho ‘paren ese micro‘, que tiene todas las autorizaciones y tiene todo en regla».

Hacia la noche de este jueves, la Dirección Nacional de Migraciones (DNM) informó que nueve colombianos que iban en el ómnibus habían ingresado al país por pasos no habilitados, por lo que serán expulsados. Serían barrabravas del club Deportivo Independiente Medellín (DIM) que el 10 de marzo habían asistido a la Bombonera para el partido que Boca ganó 3-0 por la Copa Libertadores.

 

Clarin.