La recesión acelera el conflicto dentro del kirchnerismo

El derrotero económico no satisface a los integrantes de la alianza peronista, y la corriente política del "albertismo" no termina de nacer. La crisis económica está obligando al Frente de Todos a transitar una experiencia novedosa: que las organizaciones que lo integran puedan desoír la convocatoria a sus actos políticos.

Por: Daniel Bilotta – Más que una democratización del orden kirchnerista por falta de recursos materiales para mantenerlo cohesionado, es uno de los resultados de los primeros 90 días de gestión. La escasa concurrencia a los actos montados con la excusa de inaugurar el ciclo de sesiones ordinarias en el Congreso y la Legislatura bonaerense es la primera manifestación concreta de este fenómeno de deserción. Los dirigentes alineados incondicionalmente con Alberto Fernández y con Axel Kicillof trabajaron con éxito relativo para evitar que fuese mayor.

Gracias al control de los aparatos de sindicatos y municipios, pueden garantizar una cuota mínima de representación a esos sectores. Delegaciones de la Uocra, el Smata, la UOM y las comunas de Hurlingham y San Martín ayudaron a que el vacío fuese mejor disimulado por el Presidente. Al gobernador lo acompañó solo un puñado de gremios estatales. La ausencia de La Cámpora y del peronismo expresa las tensiones en un sistema de alianzas que no consiguen armonizar. El PJ bonaerense ocupa el centro de esa disputa. Salvo excepciones, los intendentes del conurbano no perciben al Presidente y al gobernador como una solución para la falta de fondos frescos.

Una inquietud que comparten con los gobernadores. Pero también con empresarios. Allí reside la dificultad de Fernández y Kicillof para atraerlos hacia sus polos. Existen dudas de que el éxito de un acuerdo con los bonistas para diferir pagos por 4 años alcance para financiar el crecimiento. Kicillof lo admitió de forma implícita en la reunión con la UIA del 3 de marzo: «No tengo plata para financiar una política industrialista», dijo tras 2 horas de exposición. Un día antes apeló a la «solidaridad» de la ciudad de Buenos Aires con un curioso teorema aritmético: la suma de los presupuestos de los 135 municipios bonaerenses es levemente superior a l del gobierno porteño.

Horacio Rodríguez Larreta parece cerca de la meta que se propuso al negociar con el gobierno nacional una rebaja en la coparticipación. Perder menos de un punto. Es el equivalente a 20.000 millones de pesos. A Kicillof no le va tan bien. El Ministerio de Economía es reacio a reconocerle 14.000 millones de reajuste por inflación sobre el Fondo del Conurbano correspondiente a 2019. Algunos intendentes le habían recomendado atenuar el nivel de críticas al Presidente. A Fernández le preocupa más el tema de las expectativas. Es a lo que atribuyó el incremento de los precios en los alimentos durante el almuerzo del Consejo Interamericano del Comercio y la Producción (Cicyp). Daniel Funes de Rioja preside el Cicyp. También, la Coordinadora de las Industrias de productos alimenticios (Copal).

Una significativa porción de los casi 400 empresarios y 14 embajadores que lo escucharon está de acuerdo. Aunque con una diferencia: imputan la espiral de precios a la falta de ese insumo inmaterial que también condiciona las inversiones. Es el caso del sector energético. Las compañías eléctricas tendrían resuelto no pagar los servicios de la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (Cammesa) si las tarifas siguen congeladas después del 30 de junio. Le permitiría cumplir el plan de obras en las redes de distribución y evitar la imagen negativa entre los usuarios por la interrupción del servicio. Una enseñanza recogida tras la experiencia de Kicillof en el Ministerio de Economía.

Al kirchnerismo le sigue resultando más apropiado el pensamiento conspirativo para explicar el alza de los productos con este cuadro tarifario. Es el criterio que imperó en la desmentida de Fernández a Cafiero. El jefe del Gabinete había adelantado una revisión parcial de esa medida. Las distribuidoras le deben a Cammesa unos 70.000 millones. Las compañías estatales de Misiones, Santa Fe, Mendoza y Chubut son los principales deudores. Para compensar esa pérdida, Cammesa precisa mayores subsidios del Estado.

El mismo lugar desde donde la falta de auxilio exaspera a Perotti y a Manzur, ausentes del congreso del PJ el 5 de marzo. Los gobernadores de Santa fe y Tucumán son los más cercanos al Presidente. Además de la inseguridad, a Perotti lo complica la inactividad económica: en Santa Fe acumula 24 meses. Manzur no consiguió cerrar el conflicto que mantiene con el gremio docente por el pago de la cláusula gatillo de 2019. Por Twitter, el tucumano abogó para que Fernández presida el PJ. Parece difícil. Aun con la inclusión de Juan Zabaleta en la junta electoral, en teoría, la encargada de fiscalizar la lista de unidad para las elecciones del 3 de mayo. El intendente de Hurlingham será uno de los que cumplan con esa formalidad.

Será después de que Cristina resuelva si aplica sobre alguno de los candidatos el poder de veto que nadie discute. Fue preciso el visto bueno de la vicepresidenta para que el documento final fuera aprobado por el PJ. La activa participación de Cristina no solo desmiente su desinterés por ese tema: también confirma lo inverosímil de su reclusión en una suerte de laissez faire . Que Capitanich faltase a esa cita parece dar cuerpo a la posibilidad de que Gioja continúe en la presidencia. El gobernador del Chaco no habría obtenido el aval de Cristina, atenta contra el respaldo del peronismo bonaerense al sanjuanino. Sus casi 300 congresales garantizaron el quorum para que sesione el congreso.

El bloqueo a Capitanich implica un acuerdo tácito de los intendentes del conurbano y La Cámpora para mantener un statu quo que facilitaría Gioja, pero no Capitanich. Sus aspiraciones presidenciales podrían chocar con las de Máximo Kirchner. El hijo de la vicepresidenta tiene otro desafío: liderar a los jefes comunales. Lo que incluye tramitar sus reclamos con Kicillof. Fernando Gray fue orador en el congreso. El intendente de Esteban Echeverría es vicepresidente del PJ bonaerense.

Gioja se vio obligado a llegar a un acuerdo con Uñac para mantenerse expectante. Deberá participar de la interna del PJ en San Juan el 15 de marzo. Para eso debió desistir de las presentaciones judiciales que efectuó para suspenderla. Son casi nulas las posibilidades de que Gioja venza a Uñac. Su segundo mandato en el PJ nacerá débil.La Fiesta del Sol en San Juan fue el pretexto para que Arroyo y Katopodis visitaran a Uñac. Con Zabaleta y Cafiero, los ministros de Desarrollo Social y Obras Públicas, forman el grupo más íntimo de Fernández. La presencia de Arroyo y Katopodis irritó a Gioja: no fue a la Asamblea Legislativa del 1° de marzo.

Una injusticia. Por los mismos festejos, Rossi estuvo con Gioja en San Juan. La designación de Daniela Castro en una secretaría del Ministerio de Defensa refleja la alianza de ambos en el PJ. Rossi y Gioja coinciden en alguna tirantez con el entorno presidencial. Sin embargo, Rossi aprovechó el viaje para compartir un almuerzo con Uñac, de trato frecuente con Gray. También con Cristina. Aunque por razones distintas, no los satisface el programa económico. Lo curioso es que hace 3 meses Uñac, Perotti y Manzur eran sindicados como parte del incipiente «albertismo», corriente política que no termina de nacer. Lo que tal vez explique la falta de masividad en los actos. Pero también la aceleración de un conflicto que el kirchnerismo no atina a contener.