Kicillof pagó después de jugar al default y ahora le toca a Guzmán

Guzmán pretende un ajuste “sustentable” para que la economía pueda arrancar. Y el FMI, que le apliquen una quita sustancial a los bonistas.

Por Daniel Fernández Canedo – El Gobernador de la Provincia de Buenos Aires anunció finalmente el martes que pagará los US$250 millones del bono BP21 que venció el 26 de enero pasado y que había pedido postergar a mayo.

Axel Kicillof consiguió la aceptación de sólo el 50% de los bonistas (necesitaba 75%) a pesar de ampliar el plazo para la acepción y de haber propuesto el pago de intereses y el 30% del capital con el compromiso que el 70% restante se pagaría en mayo. El gobernador recorrió un amplio abanico a pasar de decir que el vencimiento era «impagable» por no tener fondos hasta llegar a pagar con fondos propios.

Ni los acreedores (el más duro habría sido el fondo Fidelity que tendría bonos por más del 20%) podrían creer el cambio de posición del gobernador que, por más que cargó las culpas a Mauricio Macri y a María Eugenia Vidal, ayer pagó un alto costo en términos de credibilidad a la hora de negociar.

Tanto dentro como fuera del Gobierno se sabía que el monto involucrado era chico para la provincia y que la prórroga del plazo de vencimiento no debería constituir un problema mayor.

De hecho, el presidente Alberto Fernández respaldó al gobernador diciendo que «lo único que pide Kicillof es más plazo». Pero los bonistas no pensaban lo mismo y ahora cobrarán puntualmente sus dólares.

¿Habrá sido el Presidente que le pidió que no declarase el default justo cuando él estaba en Europa de visita oficial buscando apoyo para la renegociación de la deuda?

La pregunta queda en el aire pero hay algunas cartas que se dieron vuelta en la mesa de negociación. La principal, los bonistas ahora saben que la Argentina está dispuesta a evitar un default a toda costa.

Para los negociadores expertos, haber dado vuelta esa carta le quita margen de negociación al ministro de Economía. El vencimiento del BP21 en enero generó un problema que intentó presentarse como imprevisto a pesar de que el cronograma se conocía desde hace años, más precisamente desde que decidió lanzarlo el entonces gobernador Daniel Scioli.

Con el anuncio del pago por parte de Kicillof la renegociación de la deuda pública en dólar con ley extranjera ronda los US$ 60.000 millones y se encarrila por cuatro vías distintas.

1) El Gobernador anunció que encarará una reestructuración de la deuda provincial que tiene pagos relevantes contando ley extranjera, local y en pesos en mayo (US$ 266 millones) y en junio por el equivalente a US$ 863 millones.

2) La deuda de la Nación alcanza este año al equivalente de US$32.000 millones de los cuales US$28.000 millones son con legislación local y ahí un tema delicado es que hasta el 31 e marzo hay vencimientos en «pesos» por 370.000 millones.

3) Ese es el tercer punto y sobre él el mercado escribió un nuevo capitulo ya que sólo 10% de los tenedores del bono Dual AF20 (vencían $ 105.000 millones) aceptó el canje que propuso el Tesoro para pasar el vencimiento del 13 de febrero a 2021. ¿Habrá incidido la versión que circuló en Hacienda sobre que la vocación del Gobierno es cumplir con todos los pagos en pesos?. Un mal dato para Guzmán.

El punto 4 y que cobra relevancia por los últimos hechos es la negociación con el Fondo Monetario para postergar los vencimientos de 2022 y 2023 que alcanzan a US$44.000 millones.

Guzmán estaría apostando fuerte a que las nuevas autoridades del Fondo, que buscarían diferenciarse de las salientes que le concedieron US$ 53.000 millones a Mauricio Macri, acepten renegociar ese acuerdo si la Argentina se compromete a un «sendero fiscal» ( el Ministro anunció que lo dará a conocer la semana próxima en el Congreso) que desemboque en un rápido superávit de las cuentas públicas.

Sobre esa negociación sólo se conocen intenciones: Guzmán pretende un ajuste «sustentable» que deje margen para que la economía pueda arrancar y el FMI que el Ministro le imponga una «quita» sustancial a los bonistas para despejar el horizonte financiero de los próximos cuatro años.

Los cuatro focos de la renegociación de la deuda se inscriben bajo la consigna de lograr un acuerdo «sustentable» o «rápido».

Según el cronograma oficial, entre el 12 y el 17 de febrero el Ministro tendrá que atender a la misión del FMI para evaluar la situación fiscal y monetaria y brindar en el Congreso el «sendero fiscal» que correría el velo sobre el ajuste de cuentas que proyecta el Gobierno para hacer «sustentable» el pago de la deuda pública en el mediano plazo.

La fuerte suba de los bonos que se reflejó en una baja de 6% en la tasa de riesgo país fue el festejo de los mercados ante el anuncio de Kicillof de que la Provincia pagaría con su dinero y no iría al default.

Es precisamente la evolución de la tasa de riesgo país la que determinará el éxito o no de la renegociación de la deuda.

Esa tasa, ahora en 1890 puntos, dice cuánto más debería pagar la Argentina sobre la tasa de EE.UU. para conseguir dinero en el mercado internacional.

Los expertos sostienen que una negociación exitosa de Guzmán podría bajarla a la mitad por lo cual el costo de los créditos para el país podría bajar a 11% anual desde los casi 21 puntos actuales. Un objetivo modesto pero ambicioso a la vez.