El Congreso de Bolivia aceptó formalmente el martes la renuncia presentada en noviembre por el líder izquierdista Evo Morales y su vicepresidente Álvaro García Linera, marcando el final de su gobierno socialista de 14 años mientras el país sudamericano se dirige a nuevas elecciones.
La legislatura boliviana, controlada por su partido, aún no había aceptado su renuncia.
En la carta de renuncia, leída en un Congreso lleno, el líder de larga data criticó al gobierno actual y dijo que era su responsabilidad continuar protegiendo a sus «hermanos y hermanas» bolivianos.
Morales, quien estuvo al mando de Bolivia desde 2006, renunció el 10 de noviembre, al perder el apoyo de sus aliados y del ejército luego de una cuestionada elección y protestas generalizadas.
«La carta de renuncia ha sido considerada y aprobada por mayoría», dijo Sergio Choque, jefe de la Cámara de Diputados y señaló que la medida mostró que el Congreso estaba cumpliendo su papel parlamentario.
Morales, que afirma que fue derrocado en un golpe de derecha y no planea presentarse a nuevas elecciones en mayo, ha dejado entrever en algunas entrevistas que legalmente aún era presidente hasta que los legisladores aprobaran su salida.
El expresidente que dejó Bolivia días después de su renuncia y ahora está en Argentina, anunció el domingo el binomio que competirá en las próximas elecciones presidenciales por el Movimiento al Socialismo (MAS), compuesto por Luis Arce Catacora y David Choquehuanca.