El mismo día en que se oficializó el aumento salarial en suma fija para estatales, la CGT dio un primer aval institucional a la continuidad de ese mecanismo para recomponer sueldos bajos, como promociona un sector del Gobierno. El cosecretario general de la central obrera, Carlos Acuña, consideró viable que la administración de Alberto Fernández extienda esa modalidad “para los que menos ganan”, tal como había adelantado la semana pasada este diario.
La eventual extensión de esa modalidad generaría una mejora del poder de compra de los sueldos de las categorías inferiores proporcionalmente mayor que las de las escalas superiores, con el consecuente achatamiento de cada pirámide de ingresos.La tesis de los funcionarios entusiasmados con esa alternativa es que esa ventaja relativa debería volcarse necesariamente al consumo en su totalidad a diferencia de las recomposiciones en otros niveles salariales que pueden quedar anclados en el ahorro o incluso derivar al dólar.
“Me parece bien seguir con aumentos de suma fija que favorecen a los que menos ganan”, dijo ayer el gremialista en diálogo radial con El Destape. Acuña aclaró, de todos modos, que estará de acuerdo con esa opción “siempre y cuando también se permita discutir a aquellos sectores que tengan la posibilidad de mejorar el salario”. El dirigente, integrante del Frente Renovador que formó parte de la alianza triunfal en las últimas elecciones, ratificó el acompañamiento de la CGT al Gobierno y su política de resguardo para “la industria nacional y las pyme” al tiempo que protestó por entender que “el sector empresario no está colaborando en nada”: “No veo buena actitud de los empresarios. Los del sector de estaciones de servicio lloraban que cerraban y ahora salieron por los medios diciendo que no correspondían los remanentes del 7% de enero y del 7% de febrero. Son tan mezquinos que todavía están estirando la paritaria del año pasado”, se quejó.
La ampliación de las sumas fijas sugerida por Cafiero no parece contar, todavía, con el aval uniforme de todo el Gabinete. Al menos ante las consultas preliminares en el equipo del ministro de Trabajo, Claudio Moroni, indicaron que esa alternativa no figura en los planes oficiales y que toda la política salarial está volcada al monitoreo del esquema tradicional de paritarias a través de acuerdos por subas porcentuales. De todos modos, ya a fin del año pasado un sector de la “mesa chica” de la CGT había avisado sobre su disposición a discutir con el Gobierno una eventual postergación de las paritarias a cambio de la implantación de una política extendida de sumas fijas desde el propio Ejecutivo.
Para entonces sólo estaba el compromiso oficial de disponer un pago extraordinario por decreto como finalmente sucedió con la suba de $3.000 con los sueldos de enero y mil pesos adicionales con los de febrero para los trabajadores del sector privado, que tuvo ayer su réplica formal con el decreto que dispuso una mejora similar para estatales. De imponerse la propuesta de las sumas fijas el oficialismo cuenta con un grupo de sindicatos cuyas negociaciones paritarias arrancan en el primer trimestre del año, sus salarios son en promedio bajos, y sus conducciones son permeables a un pedido del Ejecutivo, como Comercio o Construcción.