Los candidatos presidenciales uruguayos Daniel Martínez, del gobernante Frente Amplio, y Luis Lacalle, del partido Nacional, se dan la mano antes del inicio de un debate televisado en Montevideo, el 1 de octubre de 2019, antes de las próximas elecciones presidenciales del 27 de octubre.
Los partidos políticos de Uruguay se preparan para la segunda vuelta de las elecciones nacionales que se realizarán este 24 de noviembre. Daniel Martínez (Frente Amplio) y Luis Lacalle Pou (Partido Nacional) analizan sus estrategias rumbo al último domingo de noviembre.
Quién parte en condiciones más desfavorable es Martínez, que si bien obtuvo el 40% de los votos contra 28,5% de Lacalle, este último logró conformar un amplia coalición que de entrada le aseguraría un 50% de los votos.
Es por eso que se nombró un nuevo jefe de campaña, el intendente (alcalde) de Canelones, Yamandú Orsi, un dirigente cercano al ex presidente Mujica. La nueva estrategia pasa por una cercanía mayor con los votantes y los principales dirigentes ya comenzaron un puerta a puerta visitando a votantes identificados con otros partidos. Por su parte la fórmula presidencial (Daniel Martínez - Graciela Villar) también empezaron a visitar diferentes zonas de Montevideo y próximamente harán lo mismo en el interior.
El Frente Amplio reconoce que debe captar el 8% del total del padrón y que fueron a otros partidos en la primera vuelta (unos 195 mil votos), si desea tener alguna chance. Circula entre los frenteamplistas un documento, donde se plantean algunas reflexiones e ideas de lo que sería una estrategia a llevar adelante.
En el documento se indica que “el Frente Amplio logra superar (en la primera vuelta) el 40%, desempeño muy similar al pronosticado por las empresas de encuesta de opinión. Representa una pérdida significativa en relación a las elecciones de 2014 pero un muy buen punto de partida para el balotaje (principalmente tomando como referencia la evolución de las encuestas los últimos 12 meses). Los tres partidos principales (FA, PN y PC) pierden votos en relación a las últimas elecciones, pero la complejidad del escenario actual se debe al cambio en la arquitectura de los mismos. La aparición de Cabildo Abierto con más de 260.000 votos es el elemento disruptivo”.