"Lo que está en juego es la libertad de cada uno de vosotros, porque si el PT vuelve, claramente, no sólo la libertad de prensa, sino nuestra libertad física y nuestra democracia estarán amenazadas, teniendo en cuenta lo que está en el plan de Gobierno del PT", dijo el presidenciable en una entrevista con el canal Terça Livre.
El candidato de la ultraderecha criticó las intenciones de "esa gente de izquierda" de formar una "gran patria bolivariana", en referencia a los gobiernos progresistas que hubo en Latinoamérica y a su vínculo con el Foro de São Paulo.
Bolsonaro advirtió a sus seguidores de que, pese a ser favorito, no hay nada decidido y que si finalmente ganara Fernando Haddad (PT) sería por un "fraude monstruoso".
También dijo estar dispuesto a reconsiderar su idea de fusionar los ministerios de Economía, Industria y Planificación, después de las quejas de empresarios de la industria.
Los votantes del dirigente de la ultraderecha brasileña, el diputado Jair Bolsonaro, candidato a la presidencia de Brasil, no tienen una orientación política definida ni están necesariamente radicalizados, dijo a Sputnik la socióloga Esther Solano.
"Ciertos sectores no encuentran una explicación clara y piensan que se trata de electores muy radicalizados, pero no es verdad, no se trata de una masa homogénea", la que se manifiesta a favor de Bolsonaro, explicó la docente de la Universidad Federal de Sao Paulo.
Solano entrevistó a decenas de los electores de Bolsonaro y llegó a la conclusión de que este auge del "neofascismo" que vive Brasil tiene mucho que ver con fenómenos recientes a nivel global, como el ascenso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, según explicó la especialista a esta agencia.
Bolsonaro, militar en la reserva y candidato presidencial por el Partido Social Liberal es el favorito en todas las encuestas de cara a las elecciones de octubre de no presentarse el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2011).
El diputado no disimula sus ideas racistas, machistas y homófobas, y a pesar de ello, o quizá gracias a ello, es el favorito para 16,7% de los brasileños, según una encuesta de Confederación Nacional del Transporte divulgada esta semana.
El diputado está muy por detrás de Lula, que tiene 32,4% de las intenciones de voto, pero el líder de la izquierda cumple una condena de 12 años y un mes de cárcel por corrupción y es poco probable que pueda presentarse a los comicios, dado que la ley brasileña impide que candidatos con condenas en segunda instancia compitan para la presidencia.
Su suerte la decidirá la justicia electoral a partir del mes de agosto.