“Cuando se miran los datos diarios de los últimos 10 días se ve una desaceleración importante”, afirmó poco antes de que el Indec diera a conocer que el IPC de septiembre marcó 6,5%, la mayor suba de los últimos años.
No obstante, reconoció que “dado que fue muy importante la suba del tipo de cambio, primero a fines de agosto y comienzos de septiembre, y luego un salto y adicional en la tercera semana, dejó un arrastre fuerte para octubre”.
Sobre la adopción de metas de agregados monetarios, que prevé nulo crecimiento de la base monetaria hasta junio, aseguró que “era momento de ir por una política monetaria lo suficientemente dura como para reanclar las expectativas”.
En un extenso diálogo, en el que habló del freno en la actividad, el debato del Presupuesto 2016, de la causa de los cuadernos, la relación con el Fondo Monetario Internacional y del futuro del Gobierno se mostró confiado en que la inflación bajará y que se dará una recuperación del salario real.
— ¿Cuando cree que se pasará a inflación de un dígito?
Hoy no tiene sentido dar fechas. Sí ser muy claros y muy firmes de cuál es el esquema. Porque al final la inflación depende de varios factores. Entonces lo que está determinado es el esquema, la inflación va a bajar, sin duda, pero tenemos que esperar.
— Se entiende que un esquema de metas de agregados no hay una de inflación, pero algún espectro hacia donde se quiere ir e incluso se tuvo que haber hablado con el FMI sobre algún norte. ¿Cuál es?
— Tienen un indicio que son las proyecciones que enviamos en el Presupuesto, que son las que utilizamos para calcular los recursos para el año próximo, pero son una proyección y no una meta.
Por ahora no tenemos una meta inflación; lo que creemos es una meta para el crecimiento de los agregados monetarios que tienen que redundar en una inflación sustantivamente más baja, pero no tenemos un número para esa tasa de inflación.
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