Joe Lowry, un experto en el metal más ligero, litio, espera que la demanda casi triplique para 2025. La oferta está rezagada, lo que ha elevado el precio, y es precisamente lo que atrae a los inversionistas al "triángulo de litio" conformado por Argentina, Bolivia y Chile, según la publicación de The Economist de 15 de junio de 2017, "La fiebre del oro gris. Una batalla por la supremacía en el triángulo de litio".
La región posee el 54 % de los "recursos de litio" del mundo, una indicación inicial de la oferta potencial antes de evaluar las reservas probadas.
El documento destaca que los precios anuales del contrato de carbonato de litio e hidróxido de litio se duplicaron en 2017, según Minerales industriales, un diario.
Sin embargo, los tres países no muestran mucho interés por aprovechar la oportunidad. Chile tiene una gran ventaja; Argentina se apresura a recuperar terreno perdido, aprovechando la actividad en la salina de Olaroz y Bolivia, cuyos recursos son tan grandes como los argentinos, apenas ha comenzado a explotarlos.
"Esas diferencias sugieren mucho sobre cómo el trío sudamericano trata la empresa y la inversión de manera más general. Se enfrentan a un retador formidable en Australia, donde el litio debe ser expensamente aplastado de la roca y enviado a China para su procesamiento", dice la publicación.
El litio es un producto codiciado, ya que las baterías de iones de litio almacenan energía que alimenta los teléfonos móviles, los coches eléctricos y las redes eléctricas.
"La fiebre del oro blanco. Una batalla por la supremacía en el triángulo de litio" destaca el trabajo que desarrollan los tres países respecto al metal.
BOLIVIA
Según la publicación de The Economist, los inversionistas están ansiosos por explotar los yacimientos de litio de la zona, pero el gobierno de Evo Morales tiene varias restricciones.
"El régimen de inversiones de Bolivia sufre de falta de seguridad jurídica, debilidad del estado de derecho, corrupción y medidas turbulentas de arbitraje internacional", según el Departamento de Estado estadounidense.
Desde 2006, Bolivia se retiró de numerosos tratados bilaterales de inversión, negando a los inversionistas el acceso al arbitraje internacional. El Gobierno de Morales nacionalizo partes de las industrias de petróleo y gas, entre otras, según cita el documento.
"El Gobierno de Morales mantiene un control aún más estricto sobre el litio que sobre el gas, su mayor exportación. Al menos, YPFB, la empresa estatal de gas natural, participa en empresas conjuntas con firmas del sector privado. Desde 2010 el derecho de extraer salmuera de litio ha sido reservado para el estado. Las empresas privadas ahora pueden hacer nada más que mirar ansiosamente la salina de Uyuni cerca de Potosí, la más grande del mundo", menciona la publicación.
Sin embargo, el abogado, Fernando Aguirre, menciona que la actitud del gobierno hacia la inversión privada puede estarse "suavizando", debido a una ley minera promulgada en 2014 permite nuevos contratos entre empresas privadas y el estado, una ley de inversión, aprobada, establece un marco para atraer inversionistas extranjeros al país. Otra medida reciente establece normas para arbitrar disputas entre inversores extranjeros y el Estado.
Las medisas, según dice Aguirre, estarían "despertando" el interés de los inversionistas.