Con el segundo semestre en marcha, la inflación está aún por encima de los pronósticos que hizo el Gobierno. A la escalada sostenida de los precios se le suman el impacto por el aumento de las tarifas y los coletazos por los despidos. Son apenas indicadores en un contexto de caída del empleo y en el que se prevé un calendario marcado por los conflictos gremiales.
"El clima no es el mejor: se prende un fósforo y da la sensación de que puede estallar todo. Pero hay más declaraciones fuertes que acción directa." El diagnóstico lo hizo un alto miembro del gabinete de Mauricio Macri acostumbrado a vincularse con sindicalistas y a intervenir en la solución de grandes conflictos.
La Casa Rosada sigue de cerca la escalada de protestas que se sucederán este mes. Esta semana, por lo pronto, no empezarán las clases en siete provincias. Sin embargo, el Gobierno minimiza la reacción de sindicatos y organizaciones sociales. En el caso de los gremios, sospecha que la decisión de la CGT de confrontar responde al proceso de reunificación de la central obrera y al posicionamiento que buscan adquirir ciertos dirigentes en la disputa por la sucesión de Hugo Moyano, Antonio Caló y Luis Barrionuevo.
"Va a ir escalando hasta el 22 (fecha prevista para la unidad de la CGT). Los muchachos quieren posicionarse y hay tensiones entre ellos. Protestas por paritarias hay muy pocas: petroleros, Edenor y Edesur, y los tabacaleros de Salta y Jujuy, que ya se resolvió", dijo un funcionario del Ministerio de Trabajo.
Moyano, Caló y Barrionuevo convocaron a un plenario de secretarios generales para el viernes próximo. Será mucho más que un paso burocrático previo al congreso que sellará la unidad. En el plenario podría tomar fuerza la idea de convocar a un paro nacional o activar una movilización a la Plaza de Mayo. Al menos así lo plantearán los gremios del transporte, encabezados por el moyanista Juan Carlos Schmid, uno de los tres hombres que integrarían el triunvirato que conducirá la CGT unificada. Recién con su nueva cúpula definida, los gremios cegetistas romperían su letargo y estarían dispuestos a desafiar a la gestión macrista.
Sin embargo, podría haber alguna aceleración del plan de lucha si es que acuerdan con las dos vertientes de la CTA, que planifican un paro para agosto o una gran movilización en todo el país para fin de mes.
La izquierda y el sindicalismo combativo también presionan a los dirigentes cegetistas. Los más duros se imaginan una gran marcha federal, como la que protagonizaron en la década del 90 en contra de las políticas de Carlos Menem. Pablo Micheli, jefe de la CTA Autónoma, conversó con Pablo Moyano sobre la viabilidad de que los camioneros adhieran a la protesta. También podrían sumarse los bancarios de Sergio Palazzo. Hugo Yasky, jefe de la otra CTA, se jacta internamente de haber cerrado filas con todos los gremios de docentes. En caso de coincidir, las cinco centrales podrían reeditar la unidad que escenificaron el 29 de abril pasado por el Día del Trabajador, cuando impulsaron la denominada ley antidespidos que después Macri vetó.
"Barrios de Pie quiere tener un protagonismo que antes tenían Emilio Pérsico y Luis D'Elía. También en las organizaciones sociales se dio un nuevo mapa. Por eso las marchas son más políticas que por un fin específico", evaluaron en el Gobierno sobre la intensificación de las movilizaciones callejeras.
A estos movimientos de protesta se suma desde hoy el paro y movilización de los gremios docentes en al menos siete provincias. Se estima que en Chaco, Catamarca, Misiones, Jujuy, Santa Cruz, Tierra del Fuego y Buenos Aires habrá problemas para el inicio de las clases por los reclamos de los docentes.