El ex presidente del Comité Nacional de la UCR Ernesto Sanz se distendió durante algunos días en Nueva York pero en ningún momento se desconectó de la realidad argentina. Definido por los medios y por el propio Mauricio Macri como un “ministro sin cartera”, el radical mantuvo algunos encuentros reservados en la Gran Manzana en los cuales dio a conocer su objetivo inmediato: que el radicalismo logre desembarcar en la Cancillería ante una eventual promoción de Susana Malcorra en la ONU.
Sanz realizó una rápida inmersión en temas de política global. Conversó con analistas de fondos de inversión, cenó con dos académicos de la Universidad de Nueva York y tuvo una larga charla con Martín García Moritán, actual embajador ante la ONU y uno de los candidatos que el mendocino querría promover a la Cancillería.
García Moritán tiene una vieja cercanía con el radicalismo y, al igual que Malcorra antes de ser designada, se ha dedicado en los últimos seis meses a una intensa tarea de relaciones públicas y a cultivar el vínculo con el Departamento de Estado en Washington. El área de experiencia del diplomático, donde mejor se mueve, es entre algunos de los delegados del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Privilegios de la reciente sintonía con el gobierno de Barack Obama.
Bajo esta lógica, otra figura potencial podría ser Marcelo Stubrin, radical asignado a la embajada en Colombia. La dependencia en Bogota le ha dado al ex diputado nacional trato directo con los organismos anti narco de Estados Unidos. De hecho, a esa embajada, se sabe en el mundo diplomático, no se llega sin el aval de Washington. Además, podría contribuir en la relación del Gobierno con el Grupo Clarín, cuyos intereses defendió en su paso por la AFSCA. Dato no menor.
En sus distintas reuniones, Sanz reiteró que él no tiene interés en el cargo pero asegura estar convencido de que debe ser para un radical como un gesto de Macri para mostrar una mayor cohesión interna del frente que gobierna, que viene mostrando algunos cortocircuitos. “Además, ¿a quién se lo van a dar? ¿A Fulvio Pompeo?”, se permitió chicanear el ex senador.
Pero los planetas no estarían tan alineados. Malcorra le habría compartido a Macri los nombres de potenciales reemplazos y uno de los que encabeza esa lista es el embajador en Alemania, Luis María Kreckler. Este diplomático fungió durante cuatro años como embajador en Brasilia y conoce como pocos los resortes políticos del país vecino, que está atravesado el vendaval de la salida de Dilma Rouseff del poder. Kreckler se hizo famoso en Brasil por organizar banquetes y comidas con políticos y empresarios del máximo nivel. Nadie de la alta sociedad carioca se perdía sus veladas. Entre ellos, el nuevo presidente, Michael Temer, cuando todavía era legislador. Malcorra asegura que, por la vinculación económica con Brasil, una figura como ésta podría ser invaluable. El único inconveniente del candidato serían algunos encuentros del pasado con el ex súper ministro kirchnerista Julio De Vido, en los cuales el tema excluyente era uno solo: Petrobras.