El Senado de Brasil votará hoy si somete a la mandataria a juicio político. El debate podría extenderse por más de 20 horas.
Con alocadas marchas y contramarchas de aliados y enemigos de Rousseff en la víspera dejaron al país una vez más con la boca abierta: en la madrugada del martes el jefe interino de Diputados, Waldir Maranhao, reculó en su decisión de anular la votación en la que 367 de sus colegas decidieron en abril por abrumadora mayoría aprobar un juicio para destituir a la presidenta.
Horas antes, el jefe del Senado, Renán Calheiros, ya había anunciado que ignoraría la sorpresiva anulación y mantendría el plan de votación, cuando el pleno del Senado decidirá si somete o no a juicio político a la primera mujer en presidir Brasil y la suspende del cargo por 180 días.
Calheiros dijo que la votación comenzará a las 9 a.m. (10 a.m. en Argentina) para intentar terminar hoy mismo, aunque en teoría podría extenderse.
Dilma Rousseff, acusada de cometer un "crimen de responsabilidad" por ocultar déficits del presupuesto con préstamos de bancos estatales, sería notificada el jueves sobre la decisión del Senado.
La ex guerrillera de 68 años, que asumió el poder en 2011 y debe concluir su mandato a fines de 2018, insiste en que los gobernantes que la precedieron practicaban las mismas maniobras fiscales, que no cometió ningún delito y que es víctima de un "golpe parlamentario".
Sondeos y analistas coinciden en que ya hay votos más que suficientes para iniciar el juicio político a Rousseff.
Son necesarios 41 votos de un total de 81 senadores para que Dilma Rousseff abandone el Palacio de Planalto, sede de la presidencia, y aguarde la sentencia final en la residencia oficial.
Si es suspendida, el vicepresidente Michel Temer, ex aliado de la mandataria y hoy su mayor enemigo, asumiría el poder de forma interina. Y si Rousseff es finalmente destituida con los votos de dos tercios del Senado, Temer finalizaría su mandato en 2018.
La presidenta, que ha perdido el apoyo de casi todos los partidos que integraban su coalición de gobierno y cuenta con apenas un 10% de popularidad, denuncia incansablemente un "golpe frío" en su contra en cada aparición pública.