Horacio Quiroga, ex director de dos empresas de Lázaro Báez, había revelado en la revista Noticias detalles de la relación entre Lázaro Báez y Néstor Kirchner. “Yo vi contar sobre una mesa 7 millones de dólares que Kirchner le dio a Báez”, había expresado.
El ex director de EPSUR apareció sin vida en el baño de su casa, del séptimo piso de Callao 1150, con un traumatismo de cráneo y sangre en el piso. La caratula de la investigación, a cargo de la comisaria 17, es "muerte dudosa".
El hijo de Quiroga, menor de edad, facilitó el ingreso de la policía al departamento "B" del séptimo piso, donde residía el ex empleado de Báez. Según explicaron fuentes de la causa, estaba convulsionando y falleció. Una versión habla de un posible paro cardíaco.
Los investigadores no descartan ninguna hipótesis y señala que Quiroga, de 65 años, tenía "problemas respiratorios".
Según confiaron personas que tuvieron contacto reciente con él, Quiroga transitaba una profunda depresión debido a que le había ganado un juicio laboral millonario a Lázaro Báez, pero todavía no podía cobrarlo y su situación económica era dramática.
Tras su pelea con el empresario de la construcción, Quiroga fue desalojado del departamento que Báez le alquilaba en Puerto Madero y también le sacaron su auto.
Su última aparición en televisión tuvo lugar el 10 de abril pasado en América, con Mauro Viale. Allí contó más detalles de cómo se rompió la relación entre los Kirchner y Báez, y apuntó a Máximo Kirchner. "Máximo Kirchner es el dueño de todo lo que estamos hablando, junto con su madre y su familia. Lázaro es un peón. No creo que sea un testaferro. Yo no digo que la fortuna sea de él sino de la familia presidencial”.
También dijo que Julio De Vido se resisitó a girarle fondos a Báez para obras. “La orden vino de arriba porque De Vido no lo podía ver a Lázaro”, señaló.
“Yo lo condené. Fui el primero que me rebelé porque no quería robar. Las empresas petroleras tenían deudas, no me enviaban el dinero. Un día viene Lázaro y me dice: ´Te voy a mandar diez millones de dólares´", contó.
Quiroga también mencionó a Fariña, otro arrepentido que trabajó con Báez. "Lo vi a Fariña en la oficina de Lázaro Báez en el sur. A mí me tocó estar siendo despedido cuando entraba Fariña. Él venía luchando por meterse en la empresa, él vio la posibilidad con Martín (Báez) de poder asociarse con Lázaro”.
También, expresó que “detrás de ellos, viene Pérez Galdín que me preguntó cómo se podía meter en el negocio”.
"Me echaron y yo fui a la Justicia. A Báez le gané dos juicios y eso hoy me permite exhibirlo ante mis hijos y ante toda la comunidad como prueba de que no mentía", consignó.