La inflación se ha disparado en doce meses por encima del 10%
La noticia de que el PIB brasileño se ha contraído un 1,7% en el tercer trimestre de 2015 cayó como un jarro de agua fría en la economía y el gobierno del país. Se trata del tercer trimestre consecutivo de recesión, la mayor secuencia desde 1990, y que coloca al gigante sudamericano como el país con mayor y más larga recesión de entre los 41 que ya han publicado sus datos entre julio y septiembre, incluidos Ucrania y Grecia, que viven fuertes crisis.
La cifra, divulgada por el Instituto Brasileño General de Estadística, supera con creces las previsiones de la agencia Bloomberg, que esperaba un retroceso del 1.2%. La economía ya había retrocedido un 0,8% durante el primer trimestre del año y un 2.1% durante el segundo y, con respecto al cuarto trimestre de 2014 (en el que creció un 0.1%), la caída es de un 4,5%.
Tanto el consumo de las familias como la producción industrial y la construcción civil están paralizándose en el país gobernado por Dilma Rousseff, que empezó a estancarse en 2014, año en el que fue reelegida la presidenta. Tras asumir su segundo mandato, Rousseff nombró al liberal Joaquim Levi Ministro de Hacienda y empezó una política de recortes, subida de impuestos e incentivos a la inversión privada en infraestructuras mediante sociedades público-privadas que por ahora no se refleja en una recuperación.
La tasa de inversión también se redujo hasta el 18,1% del PIB, lo cual supone el menor valor desde 2006, cuando era del 17,5%. Con la petrolera estatal Petrobras y las principales constructoras del país implicadas en el mayor escándalo de corrupción de la historia y la crisis económica dando la mano a la crisis política, no son los mejores tiempos de confianza para el inversor extranjero, por mucho que en su día se creyera que el Mundial de 2014 y los Juegos de Rio de 2016 se convertirían en un estímulo para empresas de todo el mundo.
La inflación es uno de los valores más preocupantes de la economía brasileña y acumula un 10,39% al alza en los últimos doce meses, según el estudio presentado este martes por la Fundación Getulio Vargas. La moneda brasileña vive también momentos de inestabilidad. Un dólar se cotiza a 3,84 reales y un euro, a 4,07.