El viaje a la estratósfera de Menem lejos está de ser la única promesa alocada de un político. A lo largo de los años kirchneristas hubo varias que escalaron alto en el ranking. Algunas desafiaban el "poder imperialista", otras se candidateaban a ser el orgullo popular, como el auto 100% argentino.
Corría el 5 de marzo de 1996 cuando el entonces presidente Carlos Saúl Menem anunciaba -en el marco de la apertura del ciclo escolar en Salta- algo tan delirante que sus palabras quedaron para la posteridad.
"Dentro de poco tiempo se va a licitar un sistema de vuelos espaciales mediante el cual desde una plataforma que quizá se instale en Córdoba, esas naves van a salir de la atmósfera, se van a remontar a la estratósfera y desde ahí elegirán el lugar donde quieran ir. En una hora y media podremos estar en Japón, Corea o en cualquier parte del mundo y más adelante en otro planeta, si se detecta vida".
Los alumnos no entendían bien a qué se refería y sólo se limitaban a aplaudir por respeto a la investidura presidencial.
Les hablaba de la estratósfera y de viajes intergalácticos cuando, en realidad, ellos esperaban algo más sencillo: que les resuelvan sus problemas de la vida cotidiana, como por ejemplo que se mejoren las aulas o que puedan recibir un plato de comida para no permanecer con el estómago vacío.
Este anuncio -que por lo irrisorio escaló rápidamente en el ranking de esas promesas estrambóticas que hacen algunos políticos- lejos está de haber sido el único.
A lo largo de la "década ganada", el kirchnerismo comunicó grandes proyectos que si bien no lograron desplazar del primer puesto al del viaje a la estratósfera de Menem, se han ganado un espacio destacado en el ranking top ten.
- El Gasoducto "bolivariano" del Sur
En aquel entonces, nada parecía imposible para una región que tenía entre sus figuras a Hugo Chávez, Néstor Kirchner y "Lula" da Silva.
Y es en ese marco en el que se anunciaba con bombos y platillos un faraónico proyecto: el desarrollo de un gasoducto de miles de kilómetros, que atravesaría ríos y montañas para conectar a Venezuela con la mismísima Argentina.
La iniciativa tenía un nombre ambicioso: el gran "Gasoducto del Sur", candidato a demostrarle a todo el mundo que la unión entre los mandatarios del "vecindario" era suficiente como para embestir contra las "fuerzas imperialistas".
El tendido iba a partir del Puerto Ordaz, en Venezuela, para luego adentrarse en la Mesopotamia argentina, previo paso por varios estados brasileños como Rondonia, Amazonas o Marabá.
Eran 10.000 kilómetros que resumían entusiasmo, ideales y promesas.
Pero algo falló. Dos años más tarde, en 2007, la megaobra comenzaba a "perder presión" y el mismo Chávez reconocía que el plan de trabajo se había congelado.
Pasaron diez años de aquellos pronunciamientos y sólo quedaron algunas fotos para el recuerdo del revolucionario Gasoducto del Sur y una breve reseña en Wikipedia.
- Un tren bala sin "pólvora"
Corría enero de 2008. Un consorcio encabezado por la francesa Alstom rubricaba un contrato para que, en el término de 60 días, se dé inicio a las obras del primer tren de alta velocidad previsto para la Argentina.
Iba a unir Buenos Aires, Rosario y Córdoba en menos de tres horas y el costo estimado era una "bicoca": u$s1.500 millones.
La iniciativa era muy ambiciosa para los tiempos que corrían: prometía generar hasta 25.000 empleos sólo para la construcción de las vías que se extenderían unos 710 kilómetros.
¿Fecha estipulada para la inauguración? Fines de 2011.
Pero algo falló. Hoy día, en el predio lo único que se observa son instalaciones en pésimo estado, vidrios rotos, escombros, yuyales y máquinas abandonadas.
- El submarino nuclear que metía miedo
Transcurría junio de 2010 y la por entonces ministra de Defensa, Nilda Garré, anunciaba el inminente desarrollo de submarinos a propulsión nuclear.
Este proyecto nacional y popular intentaba emular la promesa de Lula da Silva quien, un año antes, confirmaba a los medios brasileños una iniciativa de este tipo para su país.
Pero algo falló. Por estos días, la fuerza de submarinos argentinos se compone de tres unidades, de los cuales uno de ellos (ARA Santa Cruz) no puede navegar por estar en reparaciones.
- El auto popular y 100% argentino
Corría el mes de noviembre de 2011. El auto ya era firme candidato a ser el producto emblema de la década ganada.
Pero algo estaba faltando. Se necesitaba exponer un vehículo que fuese tan de estas tierras que pueda ser presentado a la sociedad como la expresión más acabada en materia de industrialización.
"El objetivo es fabricar un auto económico, de uso urbano y con posibilidades futuras de desarrollar un motor eléctrico", informaban desde el Gobierno.
Pero algo falló. El auto argentino nunca pudo avanzar y al día de hoy de él sólo queda la imagen, un prototipo, algunas maquetas y los diseños plasmados en la pantalla de una PC.
- El soterramiento eterno
En agosto de 2013, el Gobierno creaba la Unidad Ejecutora de la Obra de Soterramiento del tren Sarmiento entre el barrio de Caballito y el partido bonaerense de Moreno.
El objetivo era claro: "Llevar adelante todas las acciones tendientes al desarrollo" de la iniciativa.
Pero a veces el tiempo es tirano y pasa muy rápido. Tal es así que cuatro años más tarde (junio de 2014), el por entonces jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, seguía sosteniendo que de un momento a otro se iba a dar inicio a las obras para el soterramiento.
Pero algo falló. Finalmente llegó el 2015 y, habiendo pasado casi 10 años desde aquel anuncio de Néstor Kirchner, fue el ministro de Interior y Transporte, Florencio Randazzo, quien tuvo que salir a admitir que las obras "no van a estar terminadas" antes de que la Presidenta deje el cargo en diciembre próximo.
- La torre de Avellaneda
Transcurría el 2010. Era un "buen momento" para promocionar el lanzamiento de una torre única de telecomunicaciones.
Se situaría en las playas ferroviarias linderas a los estadios de los clubes Independiente y Racing, en Avellaneda.
Entusiasmaba la idea de montar 368 metros, con 44 pisos circulares de 1.500 metros cuadrados.
Pero algo falló. En marzo de 2015, se conoció que el Gobierno llevaba gastados 50 millones de pesos en el proyecto pese a que jamás se había iniciado la obra.
- Fórmula 1, con cero de probabilidad
"La Fórmula 1 vuelve a la Argentina y se correrá en Mar del Plata", anunciaba la presidenta Cristina Kirchner un 14 de marzo de 2012, arrancando los aplausos de todos los concurrentes al acto en Casa de Gobierno.
Al dar más precisiones, afirmaba que la competencia se llevaría a cabo a "fines de noviembre o principios de diciembre" de 2013 en un circuito callejero en la zona de Playa Grande, Mar del Plata.
Pero algo falló. Seis meses después de ese anuncio, la Federación Internacional de Automovilismo (FIA) difundía el calendario provisional de la categoría para el próximo año y Argentina no estaba.
Y tampoco está ahora. Desde los comentarios de Cristina hasta hoy, la Fórmula 1 no estuvo ni cerca de correrse en la Argentina.
- La Supercard de Moreno
El 27 de junio de 2013, el Gobierno "Nac&Pop" contaba con un inspirado Guillermo Moreno, funcionario "todoterreno".
Un superministro capaz de hacer todo a la vez: controlar el dólar blue; definir precios y costos de todos los productos, de todas las empresas, de todas las industrias; de cerrar importaciones; de aprobar miles de declaraciones juradas, de salirle a vender en Ángola y de un largo etcétera.
Tenía con qué. Se llamaba la Supercard e iba a irrumpir en el mercado como medio de pago para comprar desde pan en el súper, un combo en McDonald´s, hasta una licuadora en una casa de electro o un litro de nafta en YPF.
Pero algo falló. Del flamante plástico sólo se hicieron 5.000 y nunca se pudo hacer una transacción en un establecimiento.
- Un Banco del Sur sin plata ni "cajero"
Corría diciembre de 2009. Un convenio rubricado entre Argentina, Brasil, Bolivia, Ecuador, Paraguay, Uruguay y Venezuela, daba origen al poderoso Banco del Sur.
La iniciativa estaba promovida por Néstor Kirchner con el objeto de garantizar préstamos y novedosas líneas de financiamiento a economías de la región.
Pero algo falló. El Banco del "vecindario" debió ser relanzado en 2007 y en diciembre de 2014 hubo una última mención a nivel regional, por parte del ecuatoriano Rafael Correa.
- Isla Demarchi o el Hollywood que no fue
El Polo Audiovisual fue anunciado por Cristina Kirchner en agosto de 2012 y los concurrentes al acto se quemaban las manos con el tenor de los aplausos.
Iba a funcionar en un predio desconocido para la mayoría: la Isla Demarchi.
Al mega emprendimiento se sumaba una torre que iba a ser las más elevada de toda América latina.
Pero algo falló. Pasó el tiempo y nada ha cambiado en esa zona del barrio porteño de La Boca.
Demasiado papelerío y
poco entusiasmo inversor
Al día de hoy, aún la sociedad no está conformada plenamente y la Isla Demarchi lejos está que un actor de Hollywood o, de no ser posible su llegada, Pablo Echarri o Andrea del Boca puedan apersonarse a cortar la cintita.