“Me estoy mudando, de a poco, con mis hijas. Las casas son hermosas y en unos días ya nos instalaremos por completo. Por ahora todo funciona perfecto", dice Juan Pablo y subraya sus dichos con una sonrisa amplia. Son una de las tantas familias que componen al barrio Bioclimático, el único que tiene el país. Son treinta y tres casas que el Gobierno de San Luis entregó hace diez días a sus dueños. Tras la euforia de abrir la puerta propia por primera vez, las mudanzas comenzaron y con el desembarco, también el uso de los beneficios que traen consigo las viviendas.
Cada hogar tiene dos paneles fotovoltaicos que permiten absorber energía solar que luego se inyecta a la red eléctrica para reducir el consumo. También tienen dos paneles termosolares que "chupan" la luz del día que después baja caliente a los grifos y además sirve para darle temperatura a la losa radiante de los pisos que calefaccionan toda la construcción.
Como en estos últimos días el calor reinó en San Luis, la mayoría de las familias ya pudieron comprobar el buen funcionamiento de los equipos termosolares: las canillas y duchas largaron agua súper caliente. "Mis paneles y conexiones andan re bien. Después de recibir la casa vino gente de la empresa y me instaló el tanque. Abro la canilla y sale súper caliente. La losa todavía no la probé pero sé que está todo perfecto. Pienso que en unas semanas podremos comparar lo que significa vivir en una de estas casas y en las otras comunes en las que vivíamos", dice Leonardo Jofré mientras corta los hierros que pronto serán las rejas que protegerán sus aberturas.
"Estoy muy contento. Las terminaciones son cuidadas y las griferías muy lindas", agrega el joven que comparte su hogar con su esposa y su beba.
En la misma manzana E, a dos casas, trabajaban los instaladores de tanques termosolares. Les quedaban pocos por colocar porque, según la posición de las casas, la mitad mira hacia el este y el resto al oeste.
En el barrio Bioclimático de San Luis la orientación de las viviendas es clave porque están ubicadas para permitir un correcto asoleamiento y la circulación interna del aire. Por eso las construcciones miran hacia el sur, pero sus paneles (sobre el techo) apuntan al norte y así la luz solar impacta en ellos durante gran parte del día.
"Estamos colocando los tanques a medida que los recibimos, en un par de días tendremos todo listo. Apenas los colocamos chequeamos que funcione correctamente", dijo Luis, encargado de conectarlos.
En los patios del flamante barrio la imagen era casi idéntica: en camionetas o autos, con muebles en sus cajas traseras o techos, que llegaban para "armar la casa".
Dos mujeres bajaban y ordenaban sus plantas. "Estamos felices, por fin la espera terminó. Vivíamos en un departamento y ahora tener nuestro patio es hermoso. Podremos soltar a nuestra mascota y salir afuera. Las casas son realmente muy lindas y sus beneficios los vamos a disfrutar, aunque el ahorro de energía y agua lo notaremos más adelante", dijeron.
Luego siguieron con la limpieza y el orden en su nuevo hogar. El agua caliente, sin calefón y gracias al sol, llega perfecta y sus dueños destilan felicidad y optimismo.