Por Jorge Lindón -Pascual Ficoseco sería el candidato a Vicegobernador, pero una moción sorpresiva “Fellner-Jenefes” asaltó al Congreso siendo aclamada por funcionarios provinciales y amigos del poder devenidos en congresales, humillando las expectativas de las mujeres y hombres del interior, con lo cual el FPV selló su sepultura.
Cada vez son mas certeras las afirmaciones que Julio Moisés expresó a fines de mayo, asegurando que las decisiones de la conducción del PJ en Jujuy son un suicidio político.
Aquella vez Moisés descalificó la resolución por la cual las autoridades del PJ, resistiendo internas, prorrogaron sus mandatos, declarando además como factor ordenador la celebración de internas cerradas el 6 de septiembre sin suponer ningún dirigente que esa fecha era parte de una estrategia para que las mismas jamás se ejecuten, ya que el 7 de septiembre es el vencimiento de la inscripción de nombres para las elecciones generales de los frentes y partidos, lo que hace inviable las internas.
Pero como si tomarles el pelo fuera poco, trascendió desde altas fuentes políticas, que el PJ usó a los intendentes con el cuento que tendría a uno de ellos como representante en la fórmula: el mandatario designado para la moción sería Pascual Ficoseco.
La postura logró rápidamente persuadir a los jefes comunales cansados del destrato de los ministros provinciales, como del cajoneo de la ley de coparticipación; esta maniobra permitió que el Vongreso se haya reunido en su plenitud, legitimando la fórmula que estaba consensuada desde la mayoría dominante del poder que por asalto la impuso, dejando humillado a Ficoseco a quien citaron días antes para interiorizarlo sobre su posible designación.
La designación de Fellner – Jenefes engañando a los intendentes, quienes también, como Ficoseco, sintieron el rubor del ninguneo, abrió fuertes resentimientos que no podrán ser superados desde el sometimiento que implica la verticalidad del FPV; en esta oportunidad Fellner y Jenefes dejaron de ser un paraguas ante la posible pérdida de varias intendencias, donde cada cual, pese a que depende de la designación de Fellner, hará rancho aparte sin salir de la estructura, desde la herida profunda del orgullo, tejiendo alianzas laterales.
La situación más insostenible para los justicialistas resultó la consagración de la dedocracia como el único medio de llevar adelante el armado de listas; todo recayó en Eduardo Fellner, resolución que eyectó cualquier esperanza republicana en el partido.
Ahora Fellner tiene las horas contadas, Daniel Scioli tocó techo a pesar de ser un hombre de extraordinaria habilidad para evitar la combustión. Satélites arcaicos como Fellner, Jenefes y Rivarola contribuyen a limitar las aspiraciones del motonauta; según afirman prestigiosos analistas políticos que mapearon feudos y dirigentes de alta imagen negativa como Aníbal Fernández en Buenos Aires, institutos cuestionados como La Cámpora y organizaciones sociales conflictivas como la Tupac Amaru; indican estas figuras como resistencias para elevar el caudal de intención de votos.
Scioli ya advierte que es muy difícil crecer hacia el 45%, por lo que ahora la prioridad es conservar la distancia con Mauricio Macri, algo más razonable. Esta estrategia política debe ser repetida en todo el territorio nacional, pero Fellner no podrá de ninguna manera conservar los 41 puntos que obtuvo en las PASO.
Desde el FPV acusaron a Milagro Sala de ser un lastre, pero sin asumir que a Guillermo Snopek 34.000 jujeños le cortaron el voto por ser identificado con Guillermo Jenefes.
Ahora que blanquearon una fórmula extraña a las necesidades de los jefes del interior, la indiferencia será la respuesta, produciéndose una caída en la categoría a gobernador sin precedentes; será el propio peronismo el que enviará a sus domicilios a los señores del látigo.
Al FPV le queda aún resolver la integración del Frente Unidos y Organizados, desde donde su líder Milagro Sala los mira desde arriba, ya que ella alcanzará el Parlasur y podrá acomodar sus expectativas ante cualquier presidente dada su capacidad organizativa, la que mutará sin lugar a mano de obra en industrias sociales. Seguramente este espacio político será una colectora legislativa en toda la provincia, lo cual solo garantiza votos hacia Daniel Scioli, pero no a Eduardo Fellner, menos hacia Guillermo Jenefes, antípoda del justicialismo auténtico.
En el interior, los intendentes que negociarán su apoyo a Fellner, se cobrarán el desaire.
Tanto es el disgusto en las líneas cercanas a los jefes comunales, que habrá sedes del FPV el 25 de octubre con el voto de Gerardo Morales, decisiones ya tomadas para sepultar a los señores que vaciaron al PJ de contenido social, memoria y oportunidades.