El real se depreció un 0,8% frente al dólar estadounidense, moneda que cerró en su máximo nivel desde marzo de 2003, negociada a 3,452 reales para la compra y a 3,454 para la venta en el tipo de cambio comercial brasileño.
El gobierno de Dilma Rousseff incrementó el ritmo de devaluación desde abril pasado y en lo que va del año acumula 28,8%, uno de los mayores niveles para las economías emergentes de la región.
El año pasado Brasil mostró su primer déficit comercial en catorce años. Y ahora ha logrado revertir la tendencia: en el primer semestre del año muestra un superávit comercial de 2.222 millones de dólares.
La noticia suma presión al peso argentino, que durante este año se depreció sólo 7%, de 8,46 a 9,20 pesos por dólar en el tipo de cambio mayorista. Los cambios en la política monetaria brasileña logran mayor impacto en las industrias, dado que dificulta la competitividad por precio de los productos argentinos que se exportan al país vecino.
Brasil es el mayor socio comercial de la Argentina, aunque durante este año compró 23% menos de productos argentinos. Medidos en dólares, 7 de cada 10 dólares de manufacturas de origen industrial (en su mayoría automotrices y autopartes) locales son absorbidas por compradores brasileños.